El Lema del Blog


ES PELIGROSO TENER LA RAZON Y DECIR LA VERDAD DONDE GOBIERNAN LOS NECIOS Y SAQUEADORES...Willian Flores.
SI LOS MALOS SUPIERAN QUE BUEN NEGOCIO ES SER BUENOS, SERIAN BUENOS AUNQUE SEA POR NEGOCIO...Facundo Cabral, In Memorian!

miércoles, 2 de julio de 2008

¡CARNAVALES LOS DE MI TIEMPO, LOS DE AHORA!

Fue el domingo y los cantos y risas de los carnavaleros se mezclaban con los sonidos de los bombos y flautas de las roncadoras, de las bandas de músicos y de las sirenas de los carros alegóricos que desfilaron a lo largo y ancho de las grandes avenidas y calles de Huaraz. Los barrios competían no solo por llevar a la reina más pintada, sino por demostrar su orgullo y representar fielmente la riqueza natural de nuestra región. Iban las multicolores comparsas barriales con sus vecinos bailando delante, sus reinas al centro y sus músicos entonando lindos huaynos detrás. Todos compartían agua, serpentinas, talcos, canciones, besos y una fuerte “tocadita” que más da. Las reinas dulces - y la Reina más bonita de todas, aunque no la hayan reconocido, fue la de Centenario – repartían caramelos y sonrisas por doquier. Ahí también se les vio a gente llegada desde tan lejos en traje de paisano a compartir la algarabía popular. No faltaron las mineras que quisieron figurar.

Los carnavales de Huaraz no son suntuosos ni ostentosos como los de Puno o Huancayo. Son por el contrario espontáneos, francos y sencillos.  Mi gente no se viste de oro y plata para salir a expresar sus alegrías. Se visten de sonrisas, guitarras, bombos, chicha y canciones que para ser felices nada más les basta y les sobra. Los carnavales de esta tierra no son un culto al oro y la vanidad, son por el contrario una ofrenda generosa de sencillez y alegría. Cada año, cuando llega Febrero y es la época de carnaval, el alma festiva del pueblo contenido en una canción se desborda a través de coloridos carruajes, de bailes y frescos chapuzones. Sobre todo en el “martes de guerra”, día en que bandadas de chicos y chicas con baldecito de agua en mano se van correteando y mojando y con cada grito van propiciando el florecimiento de la alegría, y el amor.

Al margen de todas las críticas, de que algunos se irroguen el titularato de la convocatoria, es el soberano pueblo el que participa en el Carnaval Huarasino sin consignas ni distingos políticos, solo por darse el gusto de manifestar su alegría y así, en ese acto, año a año mantienen viva la tradición y el rico folklore de la región. Por eso me permito decir que buenos carnavales no solo son los de antes sino que: ¡carnavales los de mi tiempo, los de ahora!

elfrancoopinador@hotmail.com