LOS 15 AÑOS DE POEMAS PERDIDOS

“Como piedra del rio capulí esparcido pensaba siempre en ti junto al camino… Hoy, pueblerina, nos hemos convertido en largo pavimento”. Manuel Cerna Fuentes.

Sin embargo fueron la literatura y la cultura un pavimento que se dejó de recorrer durante mucho tiempo en estas ubérrimas tierras. Los escasos y temerarios caminantes que se atrevían - y todavía se atreven - a transitarla lo hacían de noche, a hurtadillas, con hambre y con miedo desde las tripas hasta el alma. Es que desde una tarde gris en que los incarapaces tomaron el poder y el gobierno no solo saquearon al pueblo. También acallaron las voces de los hombres justos y de los hombres libres a tiros de calumnia y con garrotes de amenazas. Fue así  como las Artes, las Letras, las Ciencias, la Música, la Pintura y los Poemas fueron Perdidos en Ancash. Las musas violadas y encarceladas en el rincón del hambre y cubiertas por una gruesa capa de polvo de ignorancia e insensibilidad agonizaron. Y la comunidad de los artistas se disolvió. Obligados a dejar de soñar y crear para vivir el día a día se dispersaron en la negra noche y cubrieron la luz azul que manaba de sus pechos con una gruesa camisa de realidad. Hasta anteayer sábado.

Ese día la comunidad cultural se reunió en el INC Huaraz para celebrar los 15 años de la publicación de un puñado de tiernas y rebeldes letras a las que Manuel Cerna las llamó Poemas Perdidos y en las que con un verso surrealista disfraza su llamado a soñar, a amar y a luchar por la vida. Ahí se le vio de nuevo al Manuel. Estaba con más años encima, lo decía su cara, pero tenía más juventud en la mirada. A su lado estaban otros Guerrilleros y Cantores de la Vida, amigos suyos como los maestros Evaristo, Mestanza y otros más que llegaron de todos los rincones del ande. Fue un cálido momento donde los artistas reconocieron la impronta de Cerna. Ese mediodía mientras él hablaba, se oyó una hermosa canción que nadie sabía de donde venía hasta que alguien se tocó el pecho y se dieron cuenta que salía de sus corazones emocionados y cuando se abrieron la camisa una luz azul los envolvió a todos. La luz es la patria dijeron. No, expresó Evaristo, la luz azul es el arte que fluye. Y la canción que todos escuchamos? Qué es? Preguntaron. La canción es la Patria que retumba respondió Flores. Si eso debe ser dijeron…Ya es hora.

Y sí. La llama del arte puro y poderoso tiene que volver a iluminar el corazón del pueblo. Pero ante la insensibilidad e incarapacidad de los gobernantes solo nos queda el INC. Mientras tanto Manuel Cerna y sus Poemas Perdidos son fresca luz en esta todavía densa larganoche ancashina. Salve it Saluti Poeta!