“…Miente, miente que algo queda…” Nicolas de Macchiavello
Nos cuesta creer, y por ende aceptar, la pretensión antidemocrática de reelegirse por otros cinco años de los congresistas en ejercicio. Sin importar los movimientos o partidos por quienes postulan ahora, nos demuestran que desean seguir en sus escaños disfrutando de los buenos sueldos, viáticos, “donaciones”, cocteles y las condecoraciones amañadas. En buen romance, quieren seguir engañando y viviendo del pueblo por otro lustro más.
Para conseguir su inmerecida reelección no tienen la menor vergüenza para - en sus spots, discursos y presentaciones públicas - mentir y cada vez con mayor descaro al punto que la población desinformada de sus tropelías está en duda y algunos probablemente voten por ellos. Por ejemplo el estentóreo Wilder Calderón dice: Yo soy el congresista de mayor productividad y el de mejor capacidad…merezco reelegirme. El bajito Fredy Otárola expresa: actuaremos siempre con lealtad … renegociaremos los contratos mineros… las comunidades deben ser las accionistas de las empresas mineras… La tacheresca Helvezia Balta parlotea: primero la salud y la alimentación de los niños…la educación es primero…
Pero todos sabemos que vivieron de espaldas a la realidad del pueblo ancashino. Durante estos cinco años estos congresistas han sufrido más que de miopía de una ceguera total porque no han visto los problemas de la corrupción, del hambre, del abuso y saqueo de las pesqueras y mineras - chicas y grandes que han hecho un festín con Ancash – del mal manejo de los dineros del gobierno regional. Estos señores parece que han vivido en otro planeta. Uno ha sido un triste egocéntrico y narcisista ocupado en blindar a su partido. El otro un traidor y desleal a las bases nacionalistas que vuelve a prometer lo mismo que hace cinco años solo que ahora los ancashinos conocen de su desmedida avaricia y de su inagotable hambre de poder. La señora, pues a la señora, el JNE la acaba de sacar de carrera, a Dios gracias. Pero eso si más de uno se preocupó de hacer sus “asuntos” y de poner a sus hermanos y sobrinos en buenos cargos dentro del aparato estatal y privado así como pedirle una “obrita” a Cesar Álvarez.
Los congresistas reeleccionistas en verdad que tienen un gran cuajo. Por eso hoy más que nunca cobra vigencia el axioma democrático: REELECCION ES CORRUPCION… mucho más cuando se pasaron cinco años de incarapaces, traidores y figuretis.
