El poder es como un explosivo; o se maneja con cuidado, o estalla. (Enrique Tierno Galván)
Esta es una semana de paros. Mañana lunes 07 de Julio, los alcaldes y opositores del Presidente César Álvarez van a realizar un paro en su contra porque están descontentos con su gestión – por los retrasos en los inicios de obras y por la forma en como maneja los dineros de la región - y sobre todo en contra de lo que ellos califican como malos funcionarios del gobierno regional (y malos colaboradores del Presidente) quienes según la opinión popular deberían irse de inmediato y entre los figuran el Gerente General, Richard Cabana, el Gerente de Administración, Cavero, el Director Regional de Salud, Caballero Cano, el Director Regional de Educación, Hernán Quiroz; el Gerente de la Sub Región El Pacífico, Morocho; el ineficaz Gerente de la Sub Región Conchucos Bajo; entre otros.
Las autoridades municipales se quejan de que hasta el momento no se les entrega el dinero correspondiente al canon minero y que muchas obras solo están en la fase de promesas. También se quejan de que existe “mucho maltratos y soberbia” por parte de la mayoría de funcionarios quejados, ya que no los atienden, los “pasean” o les estarían obligando a realizar acciones indebidas, en buen castizo a pagar coimas por darles luz verde a sus obras. A todo esto se suma también la crítica hacia algunos integrantes del Consejo Regional, como el de Aija, Alejo Mejìa y otros, que solo van a las sesiones para calentar las sillas y justificar sus onerosas dietas y dejar pasar el tiempo sin críticas, sin visión regional, sin conocimiento de la problemática de sus provincias y sin formación y colaboradores que los ayuden a formular propuestas eficaces para el desarrollo de sus provincias y de la región.
Luego tenemos que los días 8 y 9 de julio la CGTP, con el apoyo de las demás centrales sindicales y algunos presidentes regionales, ha convocado un paro nacional de dos días en contra del Presidente Alan García y su gobierno. Este paro tiene como plataforma fundamental el respeto a los derechos laborales y la reducción del costo de vida y el incremento de los sueldos y salarios. Por ahí también se pone en el tapete - y el Presidente Álvarez lo va a hacer sin duda y con justo derecho – el tema de los remanentes mineros, que deben de ser incrementados y respetados para Ancash. El caso es que no queda duda de este paro tiene mucho de razón y de justicia y será acatado en toda su magnitud. Para la conciencia popular Alan García solo está gobernando para las empresas multinacionales, para las empresas “cabeceadoras” que eluden su responsabilidad social, para los acaparadores y para los titulares de sus diarios amigos. Es decir, para un minúsculo grupo privilegiado de empresarios y funcionarios que han hecho de la manipulación, la coima y la extorsión su unidad de cambio y valor. Los gremios y grupos sociales se han hastiado de que por ejemplo el PRONAA, Sembrando, PRONAMA, INEI, FONCODES y cuanta OPDs existen sea utilizado con fines de manejo político. El pueblo se ha cansado en buena cuenta del paseo a nivel macro y le está pasando la primera factura al soberbio García.
Si bien las plataformas de lucha de ambos paros son diferentes – eso no obvia que hay una que otra similitud como por ejemplo el trato descortés y arrogante de los funcionarios quejados – en esencia persiguen llamar la atención – y conseguir la solución - sobre uno o varios problemas que aquejan tanto a la nación como a la región. Se ve que existe una gran demanda social insatisfecha. El pueblo tiene la percepción de que sus autoridades no hacen nada, que solo hay funcionarios incompetentes – se les escucha opinar en las calles y en las tertulias que para ser alto funcionario hay que ser un paradigma del antivalor y tener una gran franela, además de otras perlas innombrables - que se están mal invirtiendo el dinero fiscal, que no hay rumbo en las gestión, que hay inacción y que solo se mal invierte dinero en la prensa cuando podría hacerse un colegio o una posta médica con esos fondos.
De todos modos, mírese por donde se le mire – si el gobernante quisiera hacer las cosas bien y de verdad – se plantea aquí una oportunidad para establecer una Mesa de Diálogo con la Sociedad Civil genuina y verdaderamente representada (no por los politiqueros y oportunistas como los que están en la actualidad en algunos gremios) y en donde se podría recoger las aspiraciones del soberano y en donde también el pueblo pueda saber los esfuerzos - quizá hasta cierto punto incomprendidos – de sus gobernantes y “comprarse el pleito” para poder, en unidad; dar solución a los problemas sociales que son en esencia: la razón de ser y el trabajo de las autoridades. Afanarse en neutralizar una manifestación popular solo es tomarse un calmante para la fiebre pero no curar la infección y no es la solución correcta. Un baño de humildad les haría bien a todos. Se sacarían el serumen de soberbia que los mantiene sordos y podrían escuchar mejor. Esperemos pues que estas jornadas de lucha popular sean pacificas, que no haya “comandos canela” y sobre todo, víctimas que lamentar tanto a nivel nacional como regional.
Esta es una semana de paros. Mañana lunes 07 de Julio, los alcaldes y opositores del Presidente César Álvarez van a realizar un paro en su contra porque están descontentos con su gestión – por los retrasos en los inicios de obras y por la forma en como maneja los dineros de la región - y sobre todo en contra de lo que ellos califican como malos funcionarios del gobierno regional (y malos colaboradores del Presidente) quienes según la opinión popular deberían irse de inmediato y entre los figuran el Gerente General, Richard Cabana, el Gerente de Administración, Cavero, el Director Regional de Salud, Caballero Cano, el Director Regional de Educación, Hernán Quiroz; el Gerente de la Sub Región El Pacífico, Morocho; el ineficaz Gerente de la Sub Región Conchucos Bajo; entre otros.
Las autoridades municipales se quejan de que hasta el momento no se les entrega el dinero correspondiente al canon minero y que muchas obras solo están en la fase de promesas. También se quejan de que existe “mucho maltratos y soberbia” por parte de la mayoría de funcionarios quejados, ya que no los atienden, los “pasean” o les estarían obligando a realizar acciones indebidas, en buen castizo a pagar coimas por darles luz verde a sus obras. A todo esto se suma también la crítica hacia algunos integrantes del Consejo Regional, como el de Aija, Alejo Mejìa y otros, que solo van a las sesiones para calentar las sillas y justificar sus onerosas dietas y dejar pasar el tiempo sin críticas, sin visión regional, sin conocimiento de la problemática de sus provincias y sin formación y colaboradores que los ayuden a formular propuestas eficaces para el desarrollo de sus provincias y de la región.
Luego tenemos que los días 8 y 9 de julio la CGTP, con el apoyo de las demás centrales sindicales y algunos presidentes regionales, ha convocado un paro nacional de dos días en contra del Presidente Alan García y su gobierno. Este paro tiene como plataforma fundamental el respeto a los derechos laborales y la reducción del costo de vida y el incremento de los sueldos y salarios. Por ahí también se pone en el tapete - y el Presidente Álvarez lo va a hacer sin duda y con justo derecho – el tema de los remanentes mineros, que deben de ser incrementados y respetados para Ancash. El caso es que no queda duda de este paro tiene mucho de razón y de justicia y será acatado en toda su magnitud. Para la conciencia popular Alan García solo está gobernando para las empresas multinacionales, para las empresas “cabeceadoras” que eluden su responsabilidad social, para los acaparadores y para los titulares de sus diarios amigos. Es decir, para un minúsculo grupo privilegiado de empresarios y funcionarios que han hecho de la manipulación, la coima y la extorsión su unidad de cambio y valor. Los gremios y grupos sociales se han hastiado de que por ejemplo el PRONAA, Sembrando, PRONAMA, INEI, FONCODES y cuanta OPDs existen sea utilizado con fines de manejo político. El pueblo se ha cansado en buena cuenta del paseo a nivel macro y le está pasando la primera factura al soberbio García.
Si bien las plataformas de lucha de ambos paros son diferentes – eso no obvia que hay una que otra similitud como por ejemplo el trato descortés y arrogante de los funcionarios quejados – en esencia persiguen llamar la atención – y conseguir la solución - sobre uno o varios problemas que aquejan tanto a la nación como a la región. Se ve que existe una gran demanda social insatisfecha. El pueblo tiene la percepción de que sus autoridades no hacen nada, que solo hay funcionarios incompetentes – se les escucha opinar en las calles y en las tertulias que para ser alto funcionario hay que ser un paradigma del antivalor y tener una gran franela, además de otras perlas innombrables - que se están mal invirtiendo el dinero fiscal, que no hay rumbo en las gestión, que hay inacción y que solo se mal invierte dinero en la prensa cuando podría hacerse un colegio o una posta médica con esos fondos.
De todos modos, mírese por donde se le mire – si el gobernante quisiera hacer las cosas bien y de verdad – se plantea aquí una oportunidad para establecer una Mesa de Diálogo con la Sociedad Civil genuina y verdaderamente representada (no por los politiqueros y oportunistas como los que están en la actualidad en algunos gremios) y en donde se podría recoger las aspiraciones del soberano y en donde también el pueblo pueda saber los esfuerzos - quizá hasta cierto punto incomprendidos – de sus gobernantes y “comprarse el pleito” para poder, en unidad; dar solución a los problemas sociales que son en esencia: la razón de ser y el trabajo de las autoridades. Afanarse en neutralizar una manifestación popular solo es tomarse un calmante para la fiebre pero no curar la infección y no es la solución correcta. Un baño de humildad les haría bien a todos. Se sacarían el serumen de soberbia que los mantiene sordos y podrían escuchar mejor. Esperemos pues que estas jornadas de lucha popular sean pacificas, que no haya “comandos canela” y sobre todo, víctimas que lamentar tanto a nivel nacional como regional.
