Pero también el presidente ancashino denunció presiones y extorsión por parte de Francisco Tamayo, funcionario de la Minera Barrick y de su compadre el Congresista Fredy Otárola Peñaranda hacia el Ing. Fredy Jàcome, Director Regional de Energía y Minas. El caso es que luego del presunto daño ambiental causado por Barrick, las comunidades de la zona presentaron una denuncia ante la Dirección Regional de Energía y Minas, pero como esa Dirección no tiene atribuciones de fiscalización y sanción a la gran minería, el Ing. Fredy Jácome derivó la denuncia ante la instancia competente que es OSINERGMIN, institución que conociendo del ánimo actual de los funcionarios locales no le quedó más remedio que aceptarla y tramitarla y que en las próximas horas estaría dictaminando una sanción económica en contra de Barrick. Por esa razón dijo Jácome que el día 10 de julio recibió en su modesta oficina una “visita de cortesía” de Francisco Tamayo quien llegó acompañado de su asesor legal y su jefa de prensa. Ahí Tamayo le persuadió para que retirara su denuncia, ya que según le dijo, lo “tenía todo arreglado” y que solo faltaba que Jácome accionara retirando la denuncia para que todo quedara ok. Ante la negativa de Jácome, Tamayo le hizo hecho saber que era compadre y muy amigo del Congresista Fredy Otárola Peñaranda y que con su visto bueno le hablaba para darle su saludo y manifestarle su apoyo en todo cuanto el quisiera. También refiere Jácome que Tamayo le dijo que tenían muy buenos amigos de la prensa que trabajaban con ellos y que podrían ayudarlo a levantar su alicaída imagen de funcionario. Inclusive, le dijo, las periodistas que ayer te han visitado son nuestras amigas.
Las graves denuncias hechas por el presidente regional no dejan de ser importantes y no pueden pasar desapercibidas. Estamos hablando de “peces gordos” que amparados en el poder del dinero siempre han tenido la costumbre de comprar las voluntades y las acciones ya sea de políticos, de dirigentes y de gente de prensa. Lo cierto es que pocos tienen el valor de hablar de la corrupción y de los corruptos – y señalarlos - y del cáncer que son para la misma Sociedad y para el Estado. El tema de la corrupción es un proceso dialéctico que se da a todo nivel pero siempre va de arriba hacia abajo. Por ejemplo, porque tenía que ir a la Dirección Regional de Energía y Minas el funcionario de la Minera Barrick, Francisco Tamayo, si su caso no estaba en esa institución sino en OSINERGMIN? Porque tuvo que ir acompañado de toda una corte de abogados y operadores de prensa? Porque tuvo que mencionar a su compadre el congresista Otárola?
Es cierto que minera Barrick - por más que se esfuerce en conseguir una “buena imagen corporativa” a punta de proyecciones de películas nómades y alienantes en algunos pueblos o por regalar sanguches y gaseosas en alguna bicicleteada organizada por el municipio provincial – no tenía una buena imagen como empresa ya sea en el campo de la responsabilidad social o ambiental (comparada con otras empresas de esa magnitud en Ancash), pero lo sucedido lo desnuda y lo expone aún más al escarnio y al repudio público. Ya no vivimos en el siglo XIX donde las transnacionales podían comprar autoridades y burlarse de los pueblos. La globalización, así como trajo plagas económicas y sociales de “clase mundial” también trajo la cura que es el respeto a la ley y a los derechos de los demás, entre otras cosas. Pero también, y que pena, se han encontrado con César Álvarez, un Presidente que hasta hoy no ha sucumbido a sus cantos de sirena y que de seguro cumplirá con su deber y les plantará batalla en defensa de la salud y la vida de los huarasinos y ancashinos. Confiemos en que así sea y que Barrick asuma su responsabilidad legal y social con Huaras.
